Nos escribe Pilar Arteagabeitia Velázquez, Esclava del Divino Corazón

El lugar donde Dios me colocó desde hace 3 años es Angola.

La misión actual es en la provincia de Moxico, la más grande de Angola, con un 3% de católicos y un índice del 85% de analfabetismo. Luena es la capital de Moxico.

En Alto Luena, un barrio alejado de la ciudad 3 km., aquí estamos una comunidad de Esclavas del Divino Corazón desde hace 5 años. Hemos construido, con ayuda de mucha gente (ONGs y particulares), una escuela y un puesto de salud. Comenzaron los Salesianos y después continuamos las Esclavas. En el barrio no hay saneamiento, ni asfalto, ni luz eléctrica ni recogida de basuras, con todo lo que esto significa...

En mis muchos años dedicados en España a la pastoral, he vivido el Domund como un momento privilegiado para sensibilizar a niños y jóvenes en la misión, sobre todo, la misión entre los más pobres.

Ahora que, gracias a Dios, lo vivo en primera persona, quiero dar mi pequeña aportación.

Vivir y trabajar con los más pobres es un gran regalo que Dios me ha hecho. Es duro, no siempre es gratificante, por eso la oración es fundamental: Saber y sentir esa Presencia que acompaña, alienta y fortalece. Saber que durante estos días muchos oran por nuestra fidelidad y perseverancia es una gran inyección de esperanza y ánimo.

En esta vida de "misión de vanguardia" el sentido viene de las palabras de Jesús: "Lo que hicisteis con uno de mis hermanos más pequeños, a Mí me lo hicisteis.

Unida en el gozo y el compromiso misionero.