El 4 de febrero, falleció de modo inesperado, Elza, una de las trabajadoras de la Delegción Episcopal de Misiones de Madrid
Elza, descansa en paz, que Dios te bendiga.
"" Responsable de orden y limpieza
ELZA DO NASCIMIENTO CORREIA GONCALVES
23 de marzo de 1998. Se han cumplido diez años. La Delegación Diocesana de Misiones estaba todavía en la Calle Rodríguez Marín. Se organizaban grandes acontecimientos misioneros. ¿Quién no recuerda la tómbola?
Pero muchas veces las cosas importantes no son las que más se ven, las más grandiosas o las que convocan a mayor número de gente. De hecho, el 23 de marzo de 1998, hace diez años, se firmó un acuerdo importante y ¡no tuvo ninguna publicidad!
En un despacho del Secretariado Diocesano de Misiones, D. Jesús Pérez de Miguel firmó un acuerdo, sencillo, común, pero importante para la Sede de esta institución diocesana: ¡Se contrató a Elza!
Desde entonces, Elza (en nuestro español Elsa) es miembro del equipo de Misioneros por profesión. Se encarga de que todo esté limpio, de que las salas y los despachos estén en orden, de que las plantas tengan vida, regándolas...
Elsa es también la representante de la Unión Europea. Porque aunque ya lleva en España muchos años, es natural de nuestro país vecino, Portugal. Pero con su marido y con su hija ya son ciudadanos españoles por los cuatro costados. Mujer trabajadora, conocedora de todos los secretos de la Delegación, porque se mete en todas las esquinas y en todos los escondrijos...
Todos sabemos lo importante que es que el lugar de trabajo esté limpio, lo importante que es que nos encontremos todo en su sitio. Cuando hay orden y limpieza hay más alegría en el trabajo y más ganas de trabajar. Y ese es el papelón que tiene Elsa. Nos hace la vida más agradable y el trabajo más ilusionante.
Además, si la limpieza y el orden son importantes no lo es menos que quien tiene ese encargo lo haga con esmero y cariño. Y todos los que conocemos a Elsa sabemos que eso no le falta. Trata con todos los que viene, recuerda a los que faltan, a veces nos obsequia con castañas portuguesas, que aunque parecen iguales a las nuestras, hablan portugués y ¡están muy ricas! Los coordinadores de las vicarías sonríen cuando la ven entrar en la reunión, porque saben que Elsa viene a ponernos un chocolatito caliente entre las manos y endulzarnos el trabajo duro de la organización misionera... ¡Esa es Elza!
Han pasado diez años y parece que fue ayer. Tienen que pasar muchos más y seguirá pareciendo que no pasa el tiempo. ""